domingo, 2 de mayo de 2010

Qué burrada, Señor Obispo

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Cristian Valencia



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Qué burrada, Señor Obispo
Publicado el 13 de Abril de 2009
El Festival del Burro no está ahí para quitarle fieles a ninguna religión.


Se le ocurrió al profe Julio Díaz, de San Antero, cuando asistió al primer Hay Festival en Cartagena. Supongo que habrá pensado que por qué no, que si en Cartagena era posible en San Antero también. Y en la medida que asistió a cada uno de los encuentros literarios del "Hay", más maduraba la idea de hacer encuentros literarios en San Antero, en el marco del Festival del Burro. Y propuso la absurda idea con tanta vehemencia que se la aceptaron en la alcaldía. Quizá se la aceptaron para comprobar que no era posible, que en mitad de la Semana Santa y en la mitad del Festival del Burro nadie tendría sesos para pensar en literatura y esas cosas.


Pero Julio se salió con la suya y este año logró el tercer encuentro literario en donde se habló y discutió sobre la identidad, el burro, el periodismo literario, los porros, las décimas y los cantos de vaquería. Asistieron al menos mil quinientos muchachos (baja asistencia de profes, cosa mala), público excelente que, sin estar amenazado con malas notas, allí estuvo en punto de las ocho de la mañana de un martes y miércoles santo.


Con la ayuda de los dos últimos alcaldes, el Festival del Burro de San Antero ha venido agarrando un peso que le hacía falta. Una especie de teloneros hablando sobre distintas manifestaciones culturales que, a la postre, ponen a este festival en un lugar privilegiado de las fiestas populares.


Las cifras son arrasadoras: ocupación hotelera total, más o menos dos mil camas; dos mil burros en escena, cada uno con su disfraz y su historia; más de tres mil personas desfilando, cantando y bailando, para ser la mejor comparsa; cien ajedrecistas de todo Colombia en competencia, con la presencia de maestros como Óscar Castro y Miguel Mosquera; una invitada especial de Cuba: Marisela Palau; cien niños ajedrecistas de San Antero en franca lid; torneo interdepartamental de béisbol; y en tarima, para amenizar las noches sananteranas, el septeto Tabalá, el sexteto de San Antero, y nada menos que la presencia de la reina de todas las reinas: Etelvina Maldonado.


Todo esto en un pueblo que no debe sobrepasar los 30.000 habitantes. En proporción, la fiesta que se arma en San Antero es más impactante que cualquier fiesta nacional de cualquier parte, excluyendo al carnaval de Barranquilla, claro está.


Y por todo esto que acabo de decir es que no entiendo la posición del Obispo de Montería, que sale a escena, en plena Semana Santa (semana del perdón y la reconciliación), para decir que ese festival debería ser en otra época porque patatí y porque patatá. Inentendible que la Iglesia, en boca de este obispo, siga animando discusiones inventadas, porque el inofensivo Festival del Burro no está ahí para quitarle fieles a ninguna religión. Entonces recuerdo la feroz ofensiva que hizo la Iglesia contra el Festival de Teatro de Bogotá durante sus primeras versiones. Tan fuerte fue aquello, que recuerdo una horda de fanáticos lanzando cáscaras de naranja a los asistentes que salían de una obra brasileña que cuestionaba el fanatismo religioso. En aquel momento, las palabras de no sé qué monseñor tuvieron una repercusión física en la calle. Y eso, en un país como Colombia, definitivamente, es en extremo peligroso. Porque polariza a la población; y porque le suma un elemento más a este desorden que mata.


El señor Obispo de Montería debería usar los micrófonos que tiene para otras cosas más importantes. Para denunciar los panfletos que han venido apareciendo en las calles de Lorica, San Pelayo y San Antero, por ejemplo. Panfletos alevosos que anuncian una limpieza social, y que tienen amedrentada a toda la población de esos pueblos. El señor obispo debería alertar al Gobierno sobre la disputa que hay entre narcotraficantes, antiguos paramilitares, dicen que hombres de 'Macaco' y 'don Mario', por el control del golfo de Morrosquillo.


En fin, señor Obispo, a Dios lo que es de Dios.


cristianvalencia@yahoo.com

1 comentario:

  1. ME PARECE ABSURDO ESE FETIVAL NO LE APORTA NADA A LA CULTURA DE ESTE PUEBLO,MAS BIEN ES UN FRASADA PARA GASTAR PLATA, Y DEBERIAN OCUPARSE EN LA PROBLEMATICA QUE SE ESTA VIVIENDO AllA COMO EL ALCOHOLISMO Y LA DROGADICCION, QUE ESTA EN AUMENTO PARA UN PUEBLO TAN PEQUEÑO COMO ESE, DEBERIAN INVERTIR EN LA EDUCION PARA QUE AUMENTE SU CULTURA.

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