martes, 18 de mayo de 2010

domingo, 16 de mayo de 2010

Protesta

Por: Jesùs Miguel Sierra

PROTESTA
El garrote golpeaba la parte lateral de su muslo al mismo tiempo que era objeto de agravios verbales, al parecer a su amo no le importaba la estrecha relación que existía entre ellos y por el contrario no vacilaba en repetir los golpes y los insultos que lo obligaban a apurar el paso, esa estrecha relación era producto de un caminar diario hacia las montañas, de una ayuda incansable que le brindaba su lomo, soportado por cuatro patas que ahora y como todos los días marchaban al paso que les marcaba el garrote. Todos los días madrugaban hacia el monte a recoger cosechas y trabajar en las 7 hectáreas que poseía aquel despiadado personaje de abarcas y sombrero a las afueras del pueblo, como el decenas de personas contaban con un ayudante que no les cobraba ni le exigía prestaciones sociales, ¡solo agua y un buen pasto para levantarme todos los días con el mayor de los gustos mi amo! Exclamaban sin ser escuchados los cuadrúpedos.
Estos trabajadores por naturaleza y tenaces colaboradores de las labores del campo sufrían a diario los maltratos de sus dueños, quienes no les importaba que sus bestias casi rengas del peso de la carga que traían del campo sufrieran además golpes y maltratos solo para agilizar el trote, el burro sinónimo de lerdo, borrico e ignorante muy pronto demostraría lo contrario.
Se acercaba la semana santa de donde proviene lo narrado, san antero córdoba un municipio a orillas de la bahía de cispata con una zona rural bastante productiva y donde el burro cumple una esencial labor, fue protagonista principal del motor que una vez movió y le dio reconocimiento al pueblo, las grandes siembras de arroz cerca de la desembocadura del rio sinú, en donde estos animales eran parte fundamental del transporte de este producto, incluso en honor a esto le brindan un homenaje cada año en semana santa, el famoso festival nacional del burro.
En su idioma, estos animales tiernos y a la vez fuertes se preguntaban entre ellos, ¿qué pasaba? desde cuando ellos eran el costal donde sus amos descargaban toda esa rabia, no entendía por qué eran maltratados, si no hacían otra cosa que ayudar, no podían andar más rápido, ¡la carga era muy pesada, hacían lo que podían, como le hacían entender a todas aquellas personas que ellos con gusto ayudaban, que para eso existían, que les causaba felicidad traer el alimento a casa, que los enorgullecía devolverse a sus casas con la satisfacción de que recorrieron todo el pueblo con su amo y vendieron todo sus productos, pero que no soportaban mas el maltrato, que esos golpes secos en los muslos y en el cuello como indicando para donde tengo que coger sabiendo que este camino lo recorro todos los días les dolían mas en el alma que en el cuerpo, no mas por favor que paren ya, o nos veremos en la penosa obligación de hacer una protesta pacífica pero que paralizara toda una fiesta nacional.
El pasar de los días y el ultraje diario a los que eran sometidos los burros los llevaron a tomar una decisión.
Faltaba una semana para el comienzo de la fiesta en homenaje a ellos, el sábado de gloria era el día más importante, salía una caravana de burros por las calles principales del pueblo cargando a niños, jóvenes, adultos y turistas, todos montan en estos animales para pasear por el pueblo, uno de los burros es escogido para llevar al coprotagonista el señor judas Iscariote representado en un muñeco relleno de aserrín y con pólvora por todo el cuerpo para posteriormente ser quemado en la plaza principal del festiburro, castigo eterno del mayor traicionero de todos los tiempos.
Cautelosamente idearon la forma de ser escuchados de una forma brillante sin llegar a la violencia, sabían que de este modo podrían llegar a ganar respeto y que los tratasen de una manera más digna.
Llego el viernes santo y todo lo tenía planeado, sabían que al día siguiente la sorpresa para sus amos iba ser inmensa, cayó la noche del viernes y el plan de los ingeniosos ejemplares del pueblo comenzó a ejecutarse, desde ese momento estaban fraguando lo que a futuro seria un nuevo concepto sobre los famosos ayudantes del campo.
Durante toda la media noche y la madrugada los asnos se reunirían en un lugar tradicional para sus ancestros y algunos de ese inmenso grupo, habían ideado la manera de que cada uno de los burros de este municipio se informaran de lo que pensaban hacer, la idea no era nueva, era algo que con lo que se vive casi que a diario en este país y que tienen calado en la sociedad colombiana, además de atraer a los medios de comunicación los cuales hacen conocer de estas al mundo.
En la mañana del sábado de gloria todos los que en su patio o en su finca poseían un burro despertaron con una sorpresa, sus ayudantes no estaban, todos los burros de san antero habían desaparecido, y hoy precisamente, hoy día de la burralgata como la bautizaron hace algunos años, inmediatamente se corrió el cuento por todo el pueblo, todos estaban sorprendidos, se imaginaban lo peor, !un castigo de dios por todas las injusticias que se cometían con estos pobres animales!, decían algunos religiosos, entre comentarios y chismes se mantuvieron todos los san antéranos esa mañana de ese misterioso sábado, se acercaba la hora de la burralgata que por lo visto ese año no se haría por obvias razones, ya los medios de comunicación que se encontraban en pueblo habían transmitido como noticia de última hora el extraño caso en san antero, el centro del pueblo estaba abatido de personas que buscaban una respuesta a lo que estaba sucediendo, cerca de las dos de la tarde llega la noticia, dos personas en una moto llegan al centro y gritan al unisonó ¡los burros están en caño de lobos! al sur occidente del municipio y donde hacía muchos años estaban ubicadas las cosechas de arroz, era la antigua ruta que muchos de sus antepasados transitaban a diario los burros querían que su protesta además tuviera un sensación emotiva.
Se habían escondido en un matorral extenso cerca a caño de lobos, lo hicieron tan bien que ninguna persona se percato de la conglomeración de estos animales en la zona
De inmediato una cantidad de gente se dirigieron hacia esa zona, en motos, carros, bicicletas, la sorpresa fue grande cuando todas estas personas se encontraron con una marcha nunca antes vista, los burros marchaban ordenados en cuatro columnas, el perímetro de aquella sorprendente expedición lo cubrían los ejemplares más grandes y fortachones, dejando en la mitad a las hembras, ancianos y burritos, para así parecer imponentes y que las personas que quisieran interrumpir su paso lo pensaran dos veces.
Era una marcha solemne, era los más parecido a las marchas militares donde suenan con firmeza las botas contra el piso, acá no eran botas eran cascos y no eran dos piernas por persona acá eran cuatro patas por burro así que era un ruido ensordecedor, la organización era sorprendente, nadie se salía de la columna donde iba, todo era ordenado, todo era fantástico, la multitud estupefacta por tan pomposa y magnifica marcha se preguntaban ¡y esto que es, desde cuando los animales, los burros son tan inteligentes como para armar algo tan portentoso¡ dice un intelectual que admiraba tan hermoso espectáculo, ¡esa, esa es su PROTESTA, los animales marchaban firmes con la cabeza en alto sin que nada los distraerá, caminaban seguros hacia su destino, la sede del festival nacional del burro.
Los medios de comunicación transmitieron en vivo el sorprendente acontecimiento, algunas personas imprudentes intentaron disolver la caminata pero los burros sólidos como una piedra, no los espantaría nada ni nadie, esta era su PROTESTA, desde este momento los burros serian tratados con respeto y admirados por esta magnífica jornada.

EL DISCURSO DEL POLLO LOPEZ

Por: Josito

EL DISCURSO DEL POLLO LOPEZ

El ron ñeque ha sido una bebida prolífica para producir capítulos de historia en el Caribe colombiano, y en el caso de san antero, pueblo lobero y portuario, si que las ha escrito.
Este es el caso del pollo López, un hombre tímido y con escasa formación en las primarias educativas.
Un día amaneció descamisado y con la cara pintada de blanco con maicena. Jactando ron ñeque a pico de botella. De pie sobre el corredor de su casa, pronunciando en la mañana del 10 de octubre el discurso siguiente:
Pueblo: !yo soy el hombre¡. Yo se lo que se tiene que hacer.
¡Ay!bahía de Cispataca o Cispata tu diste la pensión cenu a Bastidas por ser el primer español que te penetro por allá en 1501. Humboldt, palo de aguacero, te trajo de las islas a encallar en las playas de la bahía de Cispata ; partera de la ciencia de esta nación. ! Los hermanos Padilla! , no hablo de un conjunto vallenato, si no de los héroes de nuestra región, a quien Cispata les dio gloria en la vida y en la muerte. ¡No joda ¡ cuanto comercio, ¡uff!, barcos de muchas toneladas. ¡Uff! muchos forasteros de todos los idiomas; transportando de todo: tagua, madera, ganado, tabaco, curtiembre y tanino. A cuba, y a todos los países que nos daba la gana .
! Viva el contrabando y que se ponchen! ¡Viva la liga costeña! ¡Viva el sexteto y las bandas de viento! ¡Las corralejas! ¡Viva María de los Ángeles Tapia! ¡Viva el paseo de judas ¡ ¡viva las emisoras Fuentes ¡ ¡ que viva el Sinu y el Magdalena! ¡Que vivan los aparatos y los ñequeros ! ¡Viva Panamá! ¡Vivan las murallas de Cartagena ¡ ¡Que no jodan vivan los puertos hp ¡
Al escuchar el audio, el color de la voz y en especial el timbre de este hombre resultan muy parecidos al de Leonel Fernández, presidente de República Dominicana.
Quienes a mediados de los 90 se acercaron ociosos en una radiante mañana del mes de octubre para escuchar, vieron al humilde campesino convertido en un gran político de asamblea.
Cuentan que todo su cuerpo estaba iluminado por movimientos de de autoridad. Tenía ataques de risotadas en los silencios del discurso; Su mano izquierda empuñada se la llevaba cerca a la boca haciendo las veces de micrófono y extendía el brazo derecho hacia delante con la mano empuñando la botella con leves movimientos de péndulo, para evitar una imprudente interrupción del público.
Esculcaba el tono oscuro del azul del cielo. Pasaba revista a toda la calle buscando la atención en el rostro de quienes se aproximaban. Sentía emoción al estar en la mira. Pero todos entendían que el locon no era ningún loco.
La cronografía del discurso es como una bola de hilo que se desenvuelve en recuerdos y nos lleva afirmar que así como ha pasado en forma ilegal el conocimiento de una generación a otra de las artes para producir ron ñeque, también entre sus bebedores se carga con un centenario baúl oral de percepciones que vienen de los albores del siglo veinte.
A pesar que el país para la época era un cuadro de dolorosas guerras intestinas.
En el sur oeste del golfo de Morrosquillo; la bahía de Cispata con una hondura superior a los 36 pies y los San Anteranos respirando cultura portuaria, vivían en este periodo de la historia como protagonistas de primer plano de una región Caribe Colombiana que llego pisando fuerte al siglo veinte.
Alrededor del mar y el Sinu y un sol tropical; bosques, arrozales, ciénagas, cocoteros y kilómetros de playas invadidas de cangrejos; soplando los vientos alisios del sudeste y noreste.
En atardeceres con horizontes que corren la cortina y revelan todos los colores mágicos de la naturaleza;en medio de un agudo olor a salitre; y el embrujador sonido producido por los cantos de las bandadas de aves que sobrevuelan las aguas de color esmeralda y los cientos de pelícanos que se zambullen en ella.
Las sutiles olas sobre las aguas de la bahía de Cispata, la surcan el acero de las enormes maquinas de vapor con la cubierta llena de mercancías y de personas alegres, que en forma constante entran y salen de las caudalosas corrientes del río Sinu;los acompañan una romería de pequeñas barcas de madera,coloridas unas,y otras no, que en su periplo profundizaban las rutas acuáticas por el Sinu, ciénagas y caños, en una navegación de cabotaje y de pesca
Tiempos del esplendor de la imprenta y alumbraba el desarrollo en la región. Circulaban documentos multilingües, publicaciones de periódicos y revistas en Cartagena, Magangue, Sincelejo, Mompox, Montería, Lorica, Chinu, San Marcos, Calamar, Corozal ,Sahagun, Tolu, Cerete, Ciénaga de Oro, Turbaco, Sampuez, Since, Ovejas, Villanueva , Ciénaga Magdalena, Barranquilla …y las que se editaban en San Antero.
En ellos se escribía:
De las exportaciones de tabaco y ganado,de la construcción del canal intra oceánico en Panamá,de la crisis financiera del patrón oro, de la guerra hispano cubana, del comercio con Cuba,Panamá, México, Venezuela y Curazao, Jamaica ,Costa Rica, Trinidad y Tobago,de la constitución de las casas de comercio y las refinerías de petróleo en la costa;de las prohibiciones que impone el gobierno central a las exportaciones de ganado en los puertos; de la inauguración de bancos en Sincelejo y Cartagena; de la influencia arquitectónica del barrio Vedado de la ciudad cosmopolita de la Habana, en la construcción del barrio Manga de Cartagena; de los ingenios azucareros y la exportación de azúcar;de las ferias de Magangue y san Benito de Abad,de la conveniencia e inconveniencia de destruir la murallas de Cartagena,;del béisbol; del cambio de nombre de la Arenosa por el de Puerta de Oro de la ciudad de Barranquilla;de la primera guerra mundial;de la inversión de la indemnización de Panamá, De la SICC y de las exportaciones; del funcionamiento de las fabricas de gaseosas, velas y café en la región;del contrabando y el decomiso de ron ñeque;de lo saludable que es la inmigración de extranjeros, Italianos, Franceses, Belgas, Alemanes, Sirio Libaneses para la costa y la fuerte oposicion que hay a este proceso en Bogota;de la necesidad de una vía que una a los valles del Sinu con el Magdalena, y Cartagena con Barranquilla;del dragado permanente del canal del Dique ;de las bocas del Sinu y la construcción de un muelle en la bahía de Cispata; del vuelo de los hidroaviones por el río de la Magdalena;del fútbol ,la radio y el cine en Barraquilla;de la Packing House;de la bravura de los toros en las fiesta en corraleja de Sincelejo; de las mejores bandas de músicos de viento y las excelentes presentaciones de sextetos interpretando porros y sones;de los grupos de gaita y los porros sabaneros y Pelayeros;de los barrios champetudos en Cartagena;de la obligacion de reconocer en el bambuco y el pasillo, el simbolo musical de unidad nacional;de los pronunciamientos de la iglesia católica apoyando las políticas de los dirigentes conservadores en contra de los intereses de la costa, por tener una cultura iconoclasta y mundana;de la necesidad de construir un discurso de resistencia en los empresarios, políticos y artistas de la costa caribe,al asfixiante centralismo impuesto en la nacion;de los velones de la cumbia encendidos por los billetes de los cienagueros;de los fandangos bailados por María varilla en Mocari y del paseo de judas en Semana Santa en San Antero.
El cambalache de ideas y de cultura con el mundo era muy intenso en los lugareños del pueblo. El tiempo lo marcaba la SICC .Era un gran caldero en el que hervían relatos, leyendas y anécdotas. .


Por: Josito

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SE LO MAMÒ EL TORO

Por: Josito.

¡SE LO MAMO!
Tarde de sol, calor, resplandor y muchedumbre en las apretujadas carpas de los vendedores ambulantes que rodean la mama de las corralejas; se encuentras gafas, juegos de pimientita, sombreros, gorras, ponchos, ropas… jugos, guarapos, helados, comidas…
La enfermería tiene su toldo organizado con el símbolo de la cruz roja, y los uniformados de la policía vigilan las escaleras de ocho metros por donde los asistentes suben y bajan a los palcos en madera atiborrados de letreros que anuncian los rones nacionales.
Concurridos para esta ocasión por miles de personas emocionadas que sentadas y de pie, llevan consigo pañuelos y poncho antioqueño, casi todos visten en ropa informal con sombreo vueltiao ; hay niños y niñas, jóvenes, adultos y ancianos, todo en un sancocho de sonidos hablan, gritan, brincan , suenan las palmas y silban entre si y junto a decenas de vendedores ambulantes de palcos sin uniforme que unas veces llevan las canastas sobre un hombro agarrada, y otras veces en el pecho pendiendo de una tira en el cuello, llenas de frutas, papitas fritas, tajada de plátano frita, golosinas o de licores.
estos se abren paso entre el gentío a tropezones , tapando la vista del espectáculo a mas de un individuo a raíz de las piruetas y el forcejeo que les toca hacer en cada intento por darle la vuelta a los palcos.
Colgando y descolgando de las vallas un nutrido numero de personas se mueven por todo el interior de la plaza en medio de al algarabías y una gran polvareda creada por los centenares de hombres embriagados y vestidos con atuendos estrafalarios que unas veces corren de extremo a extremo en un rito de miedo y valentía en medio de las embestidas violentas de las bestias cornudas.
Hombres descamisados; unos con las camisetas amarradas al cuello sobre la espalda o guindando sobre las muñecas con pantalones de vaqueros corto y largos con calzados ligeros; otros lucen pelucas de mujer envueltos en blusas y faldas y zapatos deportivos con sombrillas y gorros. Unas veces sacan al animal del toril, torean, simulan peleas, y bailan porro en forma espontánea revueltos con banderilleros, manteros, capoteros, amarradores y garrocheros ,.
Cuatro bandas de músicos de viento de diecisiete integrantes soplando música desde los palcos en unos puntos equidistantes, bombardean de porro los flancos de la corraleja y la convierten en una gran pista de baile arriba y abajo.
Los labios saben a tierra. Salio del toril el toro verde ejemplar de la ganadería CHAVEZ y las vallas de madera debajo de los palcos se transforman en racimos humanos, en la plaza queda solo un hombre y el grito de todas las personas de la corraleja es:!SANTOS!

Por: Josito.

domingo, 2 de mayo de 2010

Qué burrada, Señor Obispo

eltiempo.com / opinión / columnistas
Cristian Valencia



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Qué burrada, Señor Obispo
Publicado el 13 de Abril de 2009
El Festival del Burro no está ahí para quitarle fieles a ninguna religión.


Se le ocurrió al profe Julio Díaz, de San Antero, cuando asistió al primer Hay Festival en Cartagena. Supongo que habrá pensado que por qué no, que si en Cartagena era posible en San Antero también. Y en la medida que asistió a cada uno de los encuentros literarios del "Hay", más maduraba la idea de hacer encuentros literarios en San Antero, en el marco del Festival del Burro. Y propuso la absurda idea con tanta vehemencia que se la aceptaron en la alcaldía. Quizá se la aceptaron para comprobar que no era posible, que en mitad de la Semana Santa y en la mitad del Festival del Burro nadie tendría sesos para pensar en literatura y esas cosas.


Pero Julio se salió con la suya y este año logró el tercer encuentro literario en donde se habló y discutió sobre la identidad, el burro, el periodismo literario, los porros, las décimas y los cantos de vaquería. Asistieron al menos mil quinientos muchachos (baja asistencia de profes, cosa mala), público excelente que, sin estar amenazado con malas notas, allí estuvo en punto de las ocho de la mañana de un martes y miércoles santo.


Con la ayuda de los dos últimos alcaldes, el Festival del Burro de San Antero ha venido agarrando un peso que le hacía falta. Una especie de teloneros hablando sobre distintas manifestaciones culturales que, a la postre, ponen a este festival en un lugar privilegiado de las fiestas populares.


Las cifras son arrasadoras: ocupación hotelera total, más o menos dos mil camas; dos mil burros en escena, cada uno con su disfraz y su historia; más de tres mil personas desfilando, cantando y bailando, para ser la mejor comparsa; cien ajedrecistas de todo Colombia en competencia, con la presencia de maestros como Óscar Castro y Miguel Mosquera; una invitada especial de Cuba: Marisela Palau; cien niños ajedrecistas de San Antero en franca lid; torneo interdepartamental de béisbol; y en tarima, para amenizar las noches sananteranas, el septeto Tabalá, el sexteto de San Antero, y nada menos que la presencia de la reina de todas las reinas: Etelvina Maldonado.


Todo esto en un pueblo que no debe sobrepasar los 30.000 habitantes. En proporción, la fiesta que se arma en San Antero es más impactante que cualquier fiesta nacional de cualquier parte, excluyendo al carnaval de Barranquilla, claro está.


Y por todo esto que acabo de decir es que no entiendo la posición del Obispo de Montería, que sale a escena, en plena Semana Santa (semana del perdón y la reconciliación), para decir que ese festival debería ser en otra época porque patatí y porque patatá. Inentendible que la Iglesia, en boca de este obispo, siga animando discusiones inventadas, porque el inofensivo Festival del Burro no está ahí para quitarle fieles a ninguna religión. Entonces recuerdo la feroz ofensiva que hizo la Iglesia contra el Festival de Teatro de Bogotá durante sus primeras versiones. Tan fuerte fue aquello, que recuerdo una horda de fanáticos lanzando cáscaras de naranja a los asistentes que salían de una obra brasileña que cuestionaba el fanatismo religioso. En aquel momento, las palabras de no sé qué monseñor tuvieron una repercusión física en la calle. Y eso, en un país como Colombia, definitivamente, es en extremo peligroso. Porque polariza a la población; y porque le suma un elemento más a este desorden que mata.


El señor Obispo de Montería debería usar los micrófonos que tiene para otras cosas más importantes. Para denunciar los panfletos que han venido apareciendo en las calles de Lorica, San Pelayo y San Antero, por ejemplo. Panfletos alevosos que anuncian una limpieza social, y que tienen amedrentada a toda la población de esos pueblos. El señor obispo debería alertar al Gobierno sobre la disputa que hay entre narcotraficantes, antiguos paramilitares, dicen que hombres de 'Macaco' y 'don Mario', por el control del golfo de Morrosquillo.


En fin, señor Obispo, a Dios lo que es de Dios.


cristianvalencia@yahoo.com